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El gimnasio por donde pasaron Coggi, Castro y la Tigresa se dedica a sacar chicos de la calle

Se llama El Ferroviario y funciona en un subsuelo de la estación Constitución. Su encargado, Martín Lares, tuvo que dejar de boxear tras sufrir un accidente de auto.

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Por Germán Bellizzi
box
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La mayoría de las personas que pasan por la estación de Constitución, seguro no deben saber que en uno de los subsuelos funciona desde hace un tiempo un gimnasio de boxeo. En ese lugar austero y humilde se entrenan todos los días jóvenes que tienen la ilusión de ganarse la vida y ascender socialmente practicando el deporte de los puños. Por ese lugar pasaron campeones como Juan Martín Látigo Coggi, Jorge Locomotora Castro y la Tigresa Marcela Acuña. Los tres entrenaron allí previo a algunas peleas porque paraban en el Hotel Cosmos de Constitución, donde Castro se vanagloriaba de hacer asados en los balcones. 

El gimnasio se llama el Ferroviario y el responsable es Martín Lares, quien realizó en la década del 90 muchas peleas como amateur y cuando estaba a punto de debutar como profesional sufrió un accidente de auto que le impidió continuar con su carrera deportiva. "Venía de Mar del Plata de boxear en el hotel Provincial, me dormí y choqué contra un cartel. Tuve lesiones en el pecho, varias operaciones, me golpeé la cabeza, la boca. Tenía 18 años. Lo único que recuerdo es que me desperté en el hospital con suero. Cuando me recuperé, quise volver pero ya no era lo mismo. En ese momento me manejaba Ricardo Guardo que acá en el ferrocarril tenía un cargo como gerente comercial y además manejaba el gimnasio de la estación que le daba la oportunidad de boxear a los chicos que estaban en la calle”, relata Martín.

tigresa acuña
tigresa acuña

A Lares, el accidente le cambió la vida. Como amateur se destacó en la categoría mediano, la misma que Maravilla Martínez, a quien confiesa le hubiera gustado enfrentar. Cuando le dijeron que no podía boxear más se le vino el mundo abajo. Aún le resuenan las palabras dichas por Guardo en el hospital: “Martín, olvídate de seguir como boxeador, recuperate que es lo más importante y tranquilo que van a venir cosas mejores. Preparate para ser técnico. Nunca te vas alejar del boxeo”.

El primer gimnasio en la estación Constitución arrancó en el año 1990 en la plataforma 14, que es donde salen los trenes que van a Mar del Plata. Después, en 1996, se trasladó adonde se encuentra ahora, que es en la calle General Hornos 97, también en un subsuelo.

“Cuando boxeaba laburaba en negro en Ferrobaires, en la parte de maleteros o en el coche comedor pero no tenía un sueldo, por ahí me tiraban unas monedas. En el 2007 pude entrar al Ferrocarril en blanco y todavía sigo trabajando”. Martín vive dentro de la estación con su esposa y sus dos hijos. Como había una parte del sector de encomiendas que no se estaba utilizando, Ricardo Guardo le preguntó si no quería vivir ahí y nunca más se fue.

Además de ser el encargado de El Ferroviario, Lares hizo con mucho esfuerzo un gimnasio en el patio de su casa, al que llama en broma “El Cuchitril”. Arrancó con dos chicos y hoy tiene más de quince.

Lares dando sus clases

Lares dando sus clases

“No doy boxeo recreativo, los entreno para competir. No les cobro nada. Si se ponen las pilas, no faltan y tienen condiciones, se les da una oportunidad. Acá vienen chicos que son muy humildes, algunos están parando en la calle. Hay pibes que cambian y otros que no. Este deporte a algunos los ayuda y otros siguen en la misma. Hay muchos que dejaron la droga y el choreo por boxear. Trato de ayudar a todos, es difícil pero lo intento. Yo era de familia de laburantes, mi vieja ama de casa y mi papá, albañil. Y si a mí me dieron una mano cómo no voy ayudar a otros pibes”, explica Martín.

Uno de los boxeadores con más proyección que entrena en el Ferroviario, es Miguel Molina. Este joven de 19 años que pelea en la categoría superligero cuenta: "Hace tres años que me entreno en este gimnasio. Acá venimos chicos con distintas situaciones y el profe atiende a todos por igual. Martín no cobra y su laburo lo hace con pasión. Mi anhelo es ser profesional, conseguir títulos y dejar bien en alto el nombre de este lugar”.

El sueño de Lares es “sacar chicos de la calle, no importa que sean campeones del mundo sino que se transformen en campeones de la vida. Si algún día sale algún campeón del mundo de acá, mejor. Pero lo importante es que salgan de la calle, que tomen esto como algo bueno y que además estudien y trabajen. El boxeo es una parte de la vida pero hay que estudiar porque si no te salva este deporte, te va a salvar el estudio. Algunos lo entienden y otros no. A todos los que vienen les digo que vayan a la escuela, que eso les va a dar herramientas para vivir mejor. Por eso no les cobro y la escuela también es gratis, así que tienen que aprovechar eso”.

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