Ni la localía de Gimnasia ni el plantel de Estudiantes: un clásico sin candidatos
Por primera vez en mucho tiempo, llegan a la máxima expresión deportiva de la Ciudad de las Diagonales con un presente deportivo que deja mucho que desear. Se juega desde las 15.30 en El Bosque.
No hace falta recordar que en un partido clásico del fútbol argentino que tanto nos apasiona, toda opinión queda expuesta a las vicisitudes del caso. Y que los pronósticos y rendimientos pueden ser severamente afectados por la hermosa dinámica de este deporte. Ahora bien, hace rato que Estudiantes y Gimnasia no llegan a un partido de este calibre en condiciones tan pobres.
Probablemente, en la mirada mas sencilla, se le pueda adjudicar a Gimnasia las obligaciones que la localía impone desde el vamos, como así también el tremendo recibimiento que está preparando toda su hinchada, que promete ser histórico.
Continuando con las miradas sin mucho relieve y poco alcance, Estudiantes debería sacar chapa por el peso específico de la jerarquía que presenta su plantel. O simplemente por el presupuesto semestral que maneja para el área de fútbol profesional.
Sin embargo tanto Gimnasia como Estudiantes llegan al clásico platense 170 en un momento deportivo bastante precario. Comparten varias miserias deportivas y pocas virtudes en este segmento del almanaque anual.
Al Lobo y al Pincha les convierten goles casi todos los partidos. Les resulta muy difícil cerrar los encuentros con el arco en cero. Además tienen muy poco corte en el mediocampo y la gran mayoría de las contras que le sacan los rivales terminan chocando peligrosamente con las defensas. En numerosas oportunidades les han vencido la valla por errores muy marcados y graves, impropios de la categoría.
Probablemente a Estudiantes le resulte mucho más sencillo convertir goles a favor. Sin embargo Gimnasia presentará por segunda vez, desde el arranque, un doble 9 de mucha altura y presencia, como los son Castillo y Hurtado, al que deberá asistir de manera correcta, no como sucedió contra a Talleres.
En cuanto a los técnicos, cabe destacar que apenas será el noveno partido del Traductor Flores. Carente de tiempos netos de trabajo con el plantel, aún no pudo entregarle su impronta y no para de emparchar partido a partido intentado llegar a un equilibrio integral que le de mayor autonomía. Todavía está en el debe.
Diferente es el caso del Barba Domínguez, que lleva más de dos años al frente del equipo. Pero daría la sensación que atraviesa el momento de mayor peligro ya que, por primera vez en varios mercados de pases, le mantuvieron la base del plantel e incorporan jugadores de mucha jerarquía aunque de presente deportivo muy pobre. Y la derrota ante la U de Chile en UNO lo dejó haciendo cuentas a futuro.
Más allá de los presentes poco felices, hay una cuestión básica en ambos equipos y o planteles. Podrán ganar o perder el partido más importante de la ciudad. Lo que no puede hacer ninguno de ellos es lo que viene pasando cada vez mas seguido y se vio claramente reflejado en la última fecha de ambos: no representar a su gente otra vez en las formas de jugar este deporte.
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