El fútbol es pasión de multitudes porque entre otras cosas todo puede cambiar de una milésima de segundo a otra. Testigo de eso fue el partido que esta tarde jugaron Argentinos y Banfield en el estadio Diego Armando Maradona. En un final frenético, hubo una expulsión absurda y dos goles sobre el cierre. Fue un agónico 1-1.
Todo transcurría sin emociones en La Paternal hasta que a los 75 minutos se vivió una situación realmente bochornosa e insólita. Mauricio Cuero tuvo un encontronazo con Miguel Torrén y quedaron frente a frente. El delantero colombiano lo escupió en la cara y el árbitro Fernando Espinoza, que estaba al lado, le mostró la tarjeta roja directa.
Con un hombre de más, Argentinos fue con todo para buscar el triunfo en su casa y lo logró a través de Gabriel Ávalos, que había ingresado en los primeros minutos del complemento por Matías Romero. Tras un córner desde la derecha, el paraguayo impuso su gran juego aéreo y abrió el marcador a los 89' con un cabezazo.
Acto seguido, Javier Sanguinetti quemó las naves: sacó al defensor Julián Eseiza y puso a Juan Manuel Cruz, el hijo del Jardinero Julio Ricardo. Y el pibe, que está dando sus primeros pasos en Primera, le pagó con creces.
Espinoza dio cinco minutos de adición y en el 95 le quedó la pelota a Cruz, que realizó una mediavuelta que terminó con un gran remate que se metió en el ángulo derecho del arquero Lucas Cháves, que absolutamente nada pudo hacer.
Ya sin tiempo para más, el encuentro culminó en igualdad. El punto no le sirvió a ninguno porque no lograron acercarse a los puestos de clasificación. Banfield, por su parte, podría perder a Cuero por varias fechas si es que recibe una dura sanción.