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La emancipación de la Scaloneta: la Selección Argentina empieza una nueva era ante Chile

Ya sin Di María y con Messi por ahora afuera, la Albiceleste enfrenta a la Roja por las Eliminatorias. Scaloni afronta una renovación con ausencias de algunos históricos y nuevos roles protagónicos. Una imagen extendida de la final de América.

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Por Federico Bajo
Scaloni
(Maddie Meyer/Getty Images)

En el momento en que todo terminó, algo estaba comenzando. Los últimos instantes del partido decisivo de la Copa América que se jugó en Estados Unidos, en el que la Selección Argentina derrotó a Colombia, resultan un preludio de lo que vendrá —y ya está ocurriendo— en el seleccionado nacional. Los dirigidos por Lionel Scaloni levantaron el título jugando los últimos ocho minutos sin Lionel Messi ni Ángel Di María. Una escena predictiva. Ese ciclo que comenzó en 2018 con el entrenador de Pujato como interino y sin los “históricos”, que se fueron sumando de a poco, alcanzó su climax en la conquista del Mundial de Qatar 2022 y bajó el telón de una primera temporada de ensueño. Lo que viene, se sabe, será sin Fideo, con un Messi más cauto en lo físico, un rol secundario para Otamendi y la ausencia de los últimos protagonistas de “la vieja guardia”.

Después de haber hecho la renovación que exigió a gritos la actuación en Rusia 2018 y con cuatro títulos bajo el brazo, Argentina encara un nuevo proceso que comenzará cuando reciba a Chile este 5 de septiembre en el Monumental, por la séptima fecha de las Eliminatorias. Así como en aquellos primeros pasos de Scaloni al frente de un plantel repleto de jóvenes, muchos de los cuales se fueron transformando en futbolistas de élite tras afianzarse en el seleccionado y no al revés como suele suceder, el DT recurrió a los emblemas luego de haber asentado una estructura y le dio a Messi, Di María y compañía los títulos que merecían, y que tan esquivos les habían sido por años. Ahora la deuda está saldada. La Scaloneta empieza su propia emancipación.

Con Angelito decidido a que su última vez de celeste y blanco fue el 14 de julio en el Hard Rock Stadium de Miami y Messi aún recuperándose del esguince en el tobillo derecho que sufrió en aquel partido, Scaloni también aprovechó para iniciar el recambio. En la lista ya no está uno de sus predilectos, Franco Armani, sostenido por él incluso cuando muchos lo pedían afuera, y entró sobre la hora Marcos Acuña, de regreso en el fútbol argentino a los 32 años para jugar en River, a quien llamaron por la lesión de Nicolás Tagliafico. Resisten, todavía, Otamendi, cuyo puesto se lo ganó Licha Martínez en el último certamen, y Germán Pezzella, otro que retornó al Millonario y también parece acercarse a su recta final.

En cambio, fueron ratificados algunos jóvenes y aparecen otros. Valentín Carboni, la sorpresa en la nómina para ir a Estados Unidos, se mantiene, y Valentín Barco, el único recambio natural de Nicolás Tagliafico de los que juegan en Europa. Leonardo Balerdi, el central de la nueva generación había sido incluido pero sufrió una lesión. Tanto él como el Colo no habían superado el corte de la Copa América. A la vez, más allá de la últimamente habitual presencia de Alejandro Garnacho, se suman extras que hace tiempo están en la órbita del cuerpo técnico.

La participación del sub-23 en los Juegos Olímpicos -eliminado en cuartos por Francia, el local- les permitió dar el salto a la Mayor a Ezequiel Fernández, la joya surgida de Boca que fue la gran figura y fue citado pese a haberse ido a jugar al fútbol árabe, una decisión inusual para Scaloni, y Giuliano Simeone (21 años), el hijo del Cholo que está en el Atlético de Madrid y quien tuvo buenos ingresos jugando como extremo o carrilero, potente y muy rápido. Y retornó Matías Soulé, quien ya había integrado otras listas pero nunca siquiera fue al banco. El extremo, que se proyecta para suplantar la función de Di María, llegó revalorizado a la Roma en este mercado luego de un préstamo exitoso en Frosinone.

Párrafo aparte para la estrella del filme: Messi. A los 37 años y exiliado en la MLS, la Pulga busca la tranquilidad para los que serán sus últimos años como profesional. Como nunca antes en su carrera, el físico le pasó más factura con lesiones menores, también propiciadas por una puesta a punto que nunca pudo tener como él hubiese querido. Para el próximo Mundial faltan dos años, demasiado, y la decisión de si estará o no la tomará él dependiendo de cómo se sienta. Quiera o no, sabe que inexorablemente el rollo se va agotando.

Scaloni, el DT inexperto que le devolvió identidad a la selección —no solo a la Mayor, sino a las juveniles—, le dio templanza y sobre todo títulos, porque los resultados siempre inclinan la balanza, transita como director su propio crossover: otra película y mismo escenario, pero distintos actores. Le toca una renovación con el desafío extra de rediseñar a la criatura que él mismo ideó y tomar decisiones trascendentes como dejar de contar con futbolistas por quienes confió. Eso sí, lo hará rodeado de colaboradores que emanan el aura de selección (Samuel, Ayala y Aimar) y prepara el terreno para un futuro que se avecina esperanzador por los jugadores que continúan emergiendo de estas tierras, pero resultará extraño y nostálgico. Algunos ya no están y otros, muy pronto tampoco. El capítulo del adiós de Messi ya empezó a rodarse.

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