David Trezeguet, de su llegada en el momento más difícil de la historia de River a ser candidato a vicepresidente
Campeón del mundo con Francia en 1998, arribó al Millonario cuando estaba en la B Nacional, convirtió un doblete para catapultarlo a la Primera División y hoy quiere volver a ser parte en su rol de dirigente.
Sacarse las medallas del cuello y meterse en el barro para ayudar a River en el momento más difícil de su historia. Eso fue lo que hizo David Trezeguet, el campeón del mundo con Francia que llegó al club cuando estaba en la B Nacional, fue clave en el ascenso a la máxima categoría y actualmente es candidato a vicepresidente en una de las listas opositoras.
Junto a Antonio Caselli, el ex-delantero integra el frente Primero River y buscará ganar las elecciones que se llevarán a cabo el próximo 4 de diciembre en el Estadio Monumental. Ya tiene experiencia en la política: se desempeñó durante más de un lustro como embajador de Juventus de Italia, donde dejó una huella y levantó cinco títulos.
Su relación con el Millonario no nace a finales de 2011, cuando estampó la firma y se convirtió en el nuevo refuerzo para afrontar el segundo tramo del campeonato, sino que comenzó tiempo antes por su amor hacia la institución. Desde siempre tuvo la banda roja abrazada al corazón. Incluso, estuvo en el fatídico partido que lo condenó al descenso.
"Estuve en la cancha el día del descenso de River, me costó vivirlo. Fui como un hincha más a la platea Belgrano con unos amigos, me tocó vivir esa situación dramática deportiva y no deportiva, porque sabemos todas las consecuencias que trajo, el club estaba caído, en un ambiente triste, pero por suerte pudo recuperarse", recordó Trezeguet en una entrevista a la emisión radial Súper Mitre Deportivo.
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"En ese partido contra Belgrano me dieron ganas de entrar a jugar", recordó el exgoleador en alusión al encuentro ante los cordobeses del 26 de junio de 2011 que determinó la pérdida de la categoría. En ese momento, el francoargentino ya había dejado Juventus y estaba por arribar a Baniyas, de Emiratos Árabes Unidos, procedente de Hércules. Seis meses de contrato en aquel exótico país fueron el preludio de su arribo a Núñez.
Fue decisivo con sus 14 goles en 21 partidos, entre los que se destacan el grito a Instituto y el doblete a Almirante Brown en la última fecha. Sin embargo, más allá de haber sido fundamental en la vuelta a la Primera División, Trezeguet fue perdiendo pisada en la consideración de los técnicos. Primero con Matías Almeyda y después con Ramón Díaz, quien decidió no tenerlo en cuenta y le abrió las puertas para que se marchara a préstamo a Newell's.
Más allá de que sacudió un par de veces más las redes en Rosario, su cuenta pendiente fue no haber podido colgar los botines en Núñez. “Hubiese querido retirarme en River, era un sentimiento emocional propio. Pero por diferentes circunstancias no se dio. Tampoco busqué el motivo. Fue mi destino. No poder despedirme con un saludo al mundo River fue algo que me faltó y me impactó fuerte. Pero las cosas se dieron así”, remarcó Trezeguet en Clarín en 2018.
Tuvo chances de ser dirigido por Marcelo Gallardo, pero finalmente sus caminos no se cruzaron. “Con Marcelo –contó- tuvimos una charla y me dio disponibilidad pero después la dirigencia tomó otra decisión que fue respetada de mi parte. Yo siempre traté de que las cosas fueran sinceras y concretas porque ya tenía 36 años y la solución era rápida. Si o no, te queremos o no te queremos. Y la respuesta fue negativa, entonces viré hacia otro rumbo”.
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Actualmente, luego de haberse hecho una espalda dirigencial en la Vecchia Signora, Trezeguet anhela volver a River para seguir fomentando su desarrollo futbolístico e institucional. Junto a Caselli, quien en las últimas semanas desató la polémica acerca de sus dichos sobre Enzo Francescoli (“conmigo no sigue en el club”), será uno de los apellidos fuertes de los comicios del sábado que viene y buscará asumir el poder que dejará vacante Rodolfo D´Onofrio.
“Un jugador para ser luego dirigente tiene que aprender y un dirigente que para hablar de fútbol tiene que saber y conocer. El jugador de fútbol puede lograr participar y dar una palabra mucho más fuerte en una vestimenta de dirigente pero lo tiene que hacer con preparación, disciplina y entendimiento”, dejó en claro el campeón del mundo que puso la cara en las malas y se ganó un lugar en el corazón de los hinchas.
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