Hace unos días, el actual técnico de River declaró: "Tenemos que estar mejor desde lo físico y desde lo futbolístico. Desde lo mental, no: hubo respuestas mentales". Claro, Gallardo recibió a un equipo que andaba a la deriva, no sólo en su funcionamiento como tal, sino también en la cabeza. En la cancha algunos dicen "esto era tierra arrasada". Era un River pálido, sin respuestas, que no le encontraba la vuelta a nada.
Retomando, tres aspectos entonces. Lo mental: según el Muñeco, luego de unos días de trabajo, encontró las respuestas. Lo físico: luego de la serie con Talleres se vislumbró un River que batalla, que está más rápido aunque falta, que no escatima la pierna y que es intenso. Y lo futbolístico: bueno, acá está el tema. Ni siquiera en los octavos de final apareció una fluidez propia de un equipo de Gallardo. Solo ráfagas, que, apoyadas en los otros dos aspectos, alcanzaron para eliminar al equipo cordobés. La pregunta es, ¿y lo que viene?
Seguimos apoyándonos en respuestas que da Gallardo, cuando habla con los periodistas. "Es en partidos donde no se puede o no te dejan jugar donde la impronta del jugador se impone a los esquemas". El tema es que River no tiene flechita verde en casi ninguno de sus futbolistas con excepción de algunos, que, curiosamente, fueron la única buena noticia del olvidable empate con Newell`s. Bustos, Pezzella, Paulo Díaz y Marcos Acuña tienen pinta de ser una defensa histórica, pero debutaron hoy. Bustos, ya hemos dicho, aterrizó en el equipo y pareciera ser el dueño del puesto desde hace años. Pezzella, la figura de ayer, le aporta la jerarquía que se pedía a gritos que se necesitaba atrás. Paulo Díaz, que antes era el mejor de la defensa, ahora es el peor de la defensa (?), pero, en serio, su habitual capacidad que a veces se ve menguada por sus "canchereadas", puede tener el plus de dos campeones del mundo a su lado. Claro, falta Acuña, debut inmediato con la banda y cumpliendo también de sobra con los aspectos que competen a un puesto que conoce de memoria. El Huevo tiene la particularidad de jugar bárbaro un Mundial, en un equipo europeo, en un debut con 86 mil personas con dos prácticas encima, en un partido en una plaza. Siempre va a jugar igual: bien.
Volviendo, la arriesgada aseveración que podemos enunciar es que River estaría organizándose de atrás para adelante. Tres campeones del mundo, un gran lateral derecho que la rompía en Brasil, capital mundial de los laterales y un jugador clave, de Selección, como el chileno. El problema viene después. A las salidas de Felipe Peña y casi seguramente Fonseca, ¿alcanza con Kranevitter y Rodrigo Villagra? Se desprende que para el entrenador sí, pero, el primero no completa los partidos casi nunca y el segundo no juega casi nunca. Pareciera, en esta línea, haber una merma de jerarquía, aunque, serán los partidos los que darán la respuesta. Agregamos a Santiago Simón y al siempre infortunado Rodrigo Aliendro, quienes alternan en rendimientos y no terminan de apoderarse de un puesto o de una función. Si el mercado de pases no se cerró todavía quizás alguna alternativa allí... Perdón, pensaba en voz alta.
River vs. Newell's: la lesión de Rodrigo Aliendro
No nos quedamos ahí. La generación de juego está también complicada. Evidentemente no son Mastantuono y Echeverri juntos, es uno u otro. Y ambos sólo están presentes en el chispazo y no en la constancia. Ergo, River no tiene sociedades, no fluye, como le gusta decir al Muñeco. Y por ello, los puntas a veces parecen lejanos y los otros responsables de juego, caso Nacho caso Lanzini, también emergen como responsables de brindar soluciones cual revulsivos. Pueden aparecer por suerte goles sin contexto de Borja, porque el colombiano está en estado de gracia. Pero, en cuanto al juego triangulado, bien comunicado, apenas hay pequeños momentos donde se visibiliza un trabajo incipiente del Muñeco. Respecto de Colidio, no, no tuvo un gran partido aunque lo poco que hubo en cuanto a construcción de ataque pasó por él. Bareiro podría haber sido una opción pero hay una puesta a punto de la cual no está listo. Finalmente, pensar en Solari como solución es un problema que aparecía en el pasado. Por alguna razón no juega un minuto. Sí, con esto se apunta a que tener un delantero más, movedizo, vivo, con gol, no estaría de más.
En concreto, hay mucho trabajo por hacer. Algunas cosas van apareciendo, otras hoy parecen lejos. River no está jugando bien hace rato, aunque esté mejorando en otros aspectos importantes. Pero, de local, en su cancha, no puede no generar situaciones de gol, no puede no patear al arco. Por más "viveza" o "inteligencia" de planteos rivales, River tiene dentro y fuera de la cancha los suficientes nombres como para resolver este tipo de problemas. Podrá no tener éxito, no tener el resultado a favor, no deja de ser fútbol, los rivales y la suerte juegan. Pero la chapa y el peso específico tienen que hacerse valer. Para que fluya, hace falta que los resabios del último ciclo queden definitivamente atrás.
Foto: @fotobairesarg
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