Hasta otra vuelta, Tito
La despedida de Héctor Villalba.
Cuatro años después de su debut, Tito se va de San Lorenzo. Se va como siempre lo soñó, con su nombre grabado en la historia grande, con el ingreso de dinero al club por su pase y con las puertas abiertas para su regreso como hijo pródigo. Este mes recién cumplirá 22 y atrás deja 118 partidos, 16 goles y tres títulos, entre ellos el más esperado de la historia.
Villalba es de los pibes de inferiores que se bancó las malas, que aportó su frescura para darle aire al equipo de Pizzi y de los que con desparpajo y fútbol hicieron que olvidemos la tortura de mirar los promedios. Si bien debutó en agosto de 2012, en Primera se asentó en el primer semestre de 2013, con ese gol antológico contra Racing. Ayudó para llegar a la final de la Copa Argentina, pero lo mejor estaba por venir... Mucho protagonismo como segunda punta en el título coronado en cancha de Vélez y consolidación definitiva con Bauza, ya como volante por derecha, en la Libertadores. Ese torneo por el que más de una vez -exagerado pero cuervísimo- dijo que daría su vida...
Es que Tito es un agradecido con el Ciclón. Alguna vez declaró que de chico no sabía si vivía en San Lorenzo y enfrente estaba su casa o si era al revés. Y cuando hablo de su gratitud, esta no se debe solamente a que el club fue su contención y le dio la posibilidad de un futuro mejor para él y su familia. También celebra todo lo que se hace por la 1-11-14, las acciones para que los chicos hagan deportes en Ciudad Deportiva, las invitaciones para que puedan ir a la cancha y las donaciones de zapatillas. Villalba alguna vez fue un pibe de esos... lleno de sueños y con la ilusión de que el Nuevo Gasómetro repleto grite su nombre. Hasta otra vuelta.
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