La juventud de Vélez, un arma de doble filo para la semifinal de la Copa Argentina frente a Boca
El Fortín, fresco y arrollador, pero también cargado de nerviosismo, es el tercer equipo más joven de la LPF y varios de sus jugadores aún no habían nacido cuando Cavani ya metía goles en Uruguay.
En las instancias decisivas, cuando la pelota arde y un mínimo error puede costar una eliminación, hay técnicos que deciden plantar en cancha a jugadores con la espalda curtida, aquellos que puedan soportar mejor la presión y no les tiemblen las piernas, incluso sin importar si están atravesando un buen pasar futbolístico. Todo lo contrario a Gustavo Quinteros, quien llegó a la cumbre de la Liga Profesional con los pibes de Vélez y, pese a algunos altibajos, seguirá apostando por ellos en la semifinal de la Copa Argentina contra Boca.
El plantel del Fortín es el tercero más joven de la máxima categoría. Un promedio de 25,5 años, solo superado por Godoy Cruz (24,6) y Tigre (25). Sus futbolistas más grandes son Braian Romero y Claudio Aquino, con 33, y hay otros de largo recorrido, como Emanuel Mammana y Jalil Elías, quienes recién cumplieron 28.
Para tomar dimensión de la pubertad de este Vélez hay que poner la lupa sobre una de las figuras del Xeneize. Cuando Edinson Cavani ya convertía goles en Danubio de Uruguay, donde debutó allá por 2005, todavía no habían nacido algunas promesas de Liniers.
Ya con algunos partidos en Primera y hasta un gol, Álvaro Montoro es categoría 2007 y Maher Carrizo, otro pichón de crack que le convirtió en esta edición copera a San Lorenzo, 2006. La lista sigue con Benjamín Bosch, 2005, y hay otros que recién estaban gateando cuando el uruguayo tiraba flechas del otro lado del Río de La Plata: Christian Ordoñez, Francisco Montoro, Thiago Fernández y Jano Gordon son 2004; mientras que Valentín Gómez y Randall Rodríguez son 2003.
La juventud es frescura, audacia y riesgo, tres características que llevaron a Vélez a pisar fuerte en el fútbol argentino y a estar en un lugar de privilegio, todavía con vida en dos frentes y clasificado a la Copa Libertadores 2025. Quinteros le dio libertad a sus dirigidos, le quitó las cadenas de un puesto fijo y, con confianza y terreno por delante, exhibieron un juego avasallador que se vio reflejado en varios pasajes de esta campaña: llegó a estar 12 partidos invicto, con 11 triunfos y un empate.
Pero también la juventud es un arma de doble filo porque brotan los nervios de la inexperiencia, mucho más en compromisos importantes. En este cierre de la temporada, la pelota no está queriendo entrar y sabe el DT del Fortín que la cabeza de los futbolistas juega un papel preponderante. "Se vienen partidos definitorios y eso también afecta en lo psicológico. Tenemos que ser fuertes y lograr los objetivos que nos quedan", expresó días atrás en Mendoza, después del 0-0 con Godoy Cruz.
Fue la sexta igualdad en siete fechas de la Liga Profesional. Este miércoles, bajo la luna de Córdoba, Vélez tendrá la gran chance de enderezar su rumbo, volver a cosechar una alegría y seguir soñando con el bicampeonato en 2024. Para eso deberá superar a Boca en el Kempes por la semifinal de la Copa Argentina, con un equipo de jóvenes que, de a poco, empiezan a convertirse en hombres.
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