Todo lo que se juega Boca contra River en más que un Superclásico
Eliminado de la Copa Sudamericana y lejos de la pelea por la Liga Profesional, un buen resultado el sábado en La Bombonera le daría aire a un DT y plantel heridos. En las entrañas de Brandsen 805 hablan de "golpazo" si se produce otra derrota, que puede ser letal para Martínez.
Las dudas de Boca para jugar ante River
Pocos compromisos han sido tan vitales para Boca en el último tiempo como el Superclásico de este sábado contra River. La derrota frente a Racing en el Cilindro de Avellaneda, con manifiestos errores defensivos, dejó una sensación generalizada de "preocupación", que podría profundizarse si llegara una nueva caída en La Bombonera, donde construyó una imponente fortaleza en la que no cae hace 17 partidos.
La victoria le daría un importante impulso anímico al plantel para volver a la zona de Copa Libertadores de la tabla anual, pero perder justo ante su eterno rival dejaría muy golpeados al entrenador, Diego Martínez, y a los jugadores del plantel.
Boca y el problema de la contracara de River
El objetivo principal del Xeneize en el año era la Copa Sudamericana. Tras la desazón de haberse quedado afuera del máximo certamen continental luego de alcanzar la final, por su floja performance en el ámbito local, el segundo torneo regional en importancia se presentaba como la oportunidad perfecta para volver a ganar un título internacional después de 16 años.
Pero el camino fue sinuoso desde el inicio, porque terminó segundo en la fase de grupos y debió disputar el repechaje contra uno de los terceros de la Libertadores. En esta instancia, los jugadores salvaron el grosero error dirigencial del envío tardío de la lista de buena fe a Conmebol por una confusión horaria, que impidió que los cuatro refuerzos que había incorporado al club en ese momento -Milton Giménez, Brian Aguirre, Gary Medel y Tomás Belmonte- pudieran jugar la serie.
Luego de derrotar a Independiente del Valle, Boca venció a Cruzeiro en la ida por 1-0 y solo debía cuidar el resultado en Brasil. Pero la tempranera expulsión de Luis Advíncula cambió los planes y el elenco brasileño forzó los penales, donde Sergio Romero no pudo hacerse fuerte.
El compacto del triunfo de Racing ante Boca
Antes de ser eliminado de la Sudamericana, el Xeneize había dejado escapar la chance de meterse a la Libertadores del año que viene a través de la Copa de la Liga, porque perdió contra Estudiantes de La Plata en la semifinal. Por lo tanto, tiene tres vías de clasificación a la edición 2025: la Liga Profesional -donde se ubica en el puesto 10, a nueve puntos del Vélez líder-, la Copa Argentina -enfrentará a Gimnasia (LP) en la siguiente ronda- y la tabla anual del campeonato, que lo señala a dos unidades de Racing.
Si bien todavía está en competencia y muy cerca de esas posiciones, ya no le puede descontar a la Academia, porque cayó el sábado por 2-1 en el estadio Presidente Perón, gracias a los goles de Juan Ignacio Nardoni y Roger Martínez. Tampoco tiene la chance de hacer lo propio con el Fortín, debido a que lo batió en la quinta fecha del vigente torneo. Si cae ante River, no solo significará un puñal al honor boquense, sino también la lejanía de los lugares de vanguardia del torneo local, cuando queda menos de la mitad del fixture por delante.
Claro está que otra preocupación para Boca es que su clásico vive una realidad contrapuesta. Jugará los cuartos de final ante Colo-Colo de Chile y, aunque aún no está dentro de la Libertadores que viene, es uno de los grandes candidatos a quedarse con la actual. Ya le ganó a Talleres en octavos y se enfrentaría a Fluminense o Atlético Mineiro en caso de picar su ticket. Además, el regreso de uno de los máximos ídolos de su historia al banco de suplentes, Marcelo Gallardo, le dio un impulso emocional importante, sobre todo si se toma en cuenta el poderío que tuvo en el plano internacional durante sus ocho años en el cargo.
Diego Martínez, ante un Superclásico de vital importancia
El otrora técnico de Tigre puede jactarse de haber sacado a River en los cuartos de la pasada Copa de la Liga en Córdoba, con una actuación superadora a la de su contrincante, en ese momento dirigido por Martín Demichelis. Además, le sacó un empate muy valioso en el Monumental y mostró una versión mejorada a la que habían dado sus predecesores en un Superclásico de visitante. Para la mala suerte del entrenador, ese fue uno de los últimos meses de felicidad plena y sostenida en su ciclo.
El segundo semestre no le sentó bien a Martínez tras las eliminaciones en el campeonato local y la Sudamericana. Y uno de los puntos fuertes de su etapa, el invicto en los clásicos, lo acaba de perder contra el equipo de Gustavo Costas en Avellaneda. Llega notoriamente debilitado por los resultados y actuaciones recientes de su equipo, pese a que Juan Román Riquelme, presidente del club de la Ribera, salió a respaldarlo públicamente y declaró que "tienen una excelente relación". Su desahogado festejo luego de vencer en los penales a Talleres en la Copa Argentina, con golpe de puño al suelo y de rodillas, fue lo suficientemente elocuente, aunque él se encargó de desactivar las bombas de las "pavadas que se hablan".
La palabra de Diego Martínez tras la caída de Boca ante Racing
Más allá de la muestra de optimismo del ídolo xeneize, entre las paredes de La Bombonera deslizan que una derrota contra River significaría un "golpazo", sobre todo para el entrenador, cuya cuenta pendiente es la de ganar un título, hito que Boca no consigue desde principios de 2023.
Tiene a su favor que en Brandsen 805 suele hacerse fuerte (su último partido perdido allí data del 1 de octubre del 2024, justamente ante el Millonario), pero es una incógnita la forma en la que podrían responder los hinchas si las formas no son las esperadas en un recinto caliente, con el sol del sábado empezando a esconderse. El próximo 21 de septiembre podría ser el comienzo de una nueva primavera xeneize o la continuación de una semana soñada para la Banda. ¿Quién aprovechará la oportunidad?
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