Con la prácticamente consolidada partida de Rafael Santos Borré al fútbol alemán, River pierde al goleador histórico de la Era Gallardo y, como ya se ha expresado en reiteradas oportunidades de la pretemporada de Orlando, nadie llegará para reemplazarlo, o mejor dicho el reemplazo está en el propio plantel.
Teniendo en cuenta que desde la economía floja de los clubes argentinos hay poca actividad a la hora de adquirir futbolistas de renombre, Gallardo tiene claro también que este precisamente no es el mercado para comprar y muy probablemente lo sea para seguir vendiendo y por eso se siente cómodo reordenando las propias piezas que él empezó a moldear desde principio de año, un equipo a imagen y semejanza del trabajo silencioso de muchos jóvenes que quieren demostrar ahora sí que la camiseta les queda bien.
En este contexto y arreglándose con lo que hay ¿se puede potenciar el equipo que queda para que no sufra las potenciales bajas? Exceptuando al delantero colombiano, la buena noticia (por ahora) es que ninguno de los habituales titulares recibió una oferta o expresó su deseo de emigrar ya por lo que la gran base del equipo que arrancó la Copa Libertadores parece que no se toca.
Por supuesto que en la vidriera están los futbolistas de mayor renombre y que se encuentran disputando la Copa América como De la Cruz, Montiel y hasta el mismísimo Julián Álvarez, por quien los hinchas de River mantenían en el deseo de que no se vaya a los Juegos Olímpicos para poder disfrutarlo un tiempo más. De hecho Julián se convirtió en un futbolista tan importante para el técnico que es el único que jugó todos los partidos en la primera parte de este 2021. Entonces, si se mantiene, "la base está".
Tras la declaraciones del propio entrenador asumiendo por primera vez su deseo de dirigir la Selección Argentina en algún momento y recalcando que "hasta el último día de su contrato pensará en River", será un desafío en sí mismo también para Gallardo armarse para lo que resta de este semestre y sin saber demasiado bien que será del 2022. El entrenador millonario sabe que en este caso la intención prioritaria estará centrada en mejorar lo que tiene. Es por eso que sin descartar alternativas en el mercado de pases, será momento de potenciar a Fontana, Paradela o Vigo, de mantener el mejor nivel posible en Palavecino, de hacer crecer a Girotti y solidificar la base de un equipo que hoy por hoy tiene el objetivo de mantenerse y potenciar lo que llegó a principio de año.
El resto del equipo ya tiene una formación clara que es la que sigue dominando la escena en los partidos más importantes del año, con Enzo Pérez como bandera, Matías Suárez como su arma y ataque más desequilibrante y viejos conocidos en Pinola y Ponzio, rodeados de jóvenes que piden pista y otros tantos que volverán de sus diferentes selecciones con un nuevo desafío por delante. ¿Alcanzará? Solo Gallardo lo sabe, como también sabe si esta será su última Copa Libertadores en River...
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