Si hay pelea, ahí aparece Neymar. Su gambeta y su juego desfachatado son un blanco fácil para las patadas de los rivales, pero también su temperamento y sus arrebatos lo hicieron perder los estribos y entrar en la gresca en más de una ocasión. La batalla de ayer ante Olympique de Marsella fue la última que tuvo el brasileño en el centro de la escena. Sin embargo, no fue la única.
En su estadía por España, el ex-Barcelona se cruzó fuerte con varios futbolistas de alto voltaje. Con Coke Andújar, en la goleada a Sevilla en 2014; una temporada más tarde, con Raúl García, quien le había metido un codazo a la altura del pecho, en un áspero duelo frente a Atlético de Madrid en 2015 y, meses después, con Rubén Vezo, quien se fue al humo acusándolo de sobrar la jugada con el resultado a favor.
Y hubo más. La extensa lista se extendió desde el Brasileirao y la Liga española, pasando por la Champions League y hasta en un partido amistoso, donde intercambió palabras y algo más con Claudio Marchisio, de Juventus. Neymar suele generar expulsiones que benefician a su equipo, pero sus impulsos también le juegan en contra y lo hacen engrosar su prontuario de tarjetas rojas, que se paga muy caro.