Después del éxito que tuvo la primera Copa del Mundo en Montevideo, la FIFA que conducía Jules Rimet no perdió tiempo y resolvió entregarle la organización de la segunda a Italia, el país europeo que había boicoteado con más énfasis el torneo que armó Uruguay.
El dictador Benito Mussolini proyectó el Mundial como un arma de propaganda para que Europa y otras regiones conocieran las supuestas bondades de la Italia fascista. Participarían 16 equipos y se notaría mucho la ausencia de los uruguayos, enojados con los italianos por su faltazo a Montevideo. Fue el único campeón que no aceptó defender su título en la siguiente copa.
Detalles de la participación de Argentina en Italia 1934
La Argentina tuvo problemas. Creada la Liga Profesional en 1931 por un grupo selecto de 18 clubes, la FIFA no reconoció a la nueva entidad, algo que recién se saldaría a fines de 1934, cuando fue creada la Asociación del Fútbol Argentino. Por esa razón, el país tuvo que presentar un combinado integrado por jugadores que no actuaban entre los clubes porteños y viajó a Italia con una mezcla formada por elementos de Santa Fe, Mendoza, Chaco, San Juan y de la Primera División Amateur, una suerte de segunda categoría del fútbol bonaerense.
La Argentina debutó el 27 de mayo en Bologna contra Suecia. El cuadro escandinavo aprovechó sus ocasiones y la fragilidad defensiva albiceleste. Ernesto Belis puso el 1-0, los suecos lo dieron vuelta y Alberto Galateo -crack santafesino- lo empató. A falta de 11 minutos, un nuevo error del arquero Freschi permitió el tercer gol sueco y la eliminación. Fue 3-2 para los vikingos.
Así como habíamos lamentado mucho la derrota en la final de 1930 contra Uruguay, lo mismo pasó cuando los jugadores regresaron en barco a Buenos Aires. Las declaraciones tras la excursión deportiva fueron del mismo tono. Algo así como que fuimos mejores técnicamente, tocamos bien la pelota, pero perdimos. Incluso algún futbolista señaló que "ellos deben haber aprendido algo de nosotros, porque nosotros, sinceramente, no tenemos nada que aprender de ellos".
Un Mundial a pedido de Mussolini
En octavos de final, la poderosa Austria eliminó en tiempo suplementario a Francia, Hungría pudo vencer por 4-2 al debutante africano Egipto, Checoslovaquia eliminó a Rumania y Alemania goleó a Bélgica. El local Italia aplastó por 7-1 a Estados Unidos en Roma con dos goles de Raymundo Orsi, el extremo izquierdo mendocino que se había nacionalizado para jugar para la Azzurra. Esa tarde también jugó Luis Monti, capitán y figura argentina en el mundial anterior, hombre de San Lorenzo y en ese 1934, crack de la Juventus.
Suiza venció 3-2 a Holanda en el choque de debutantes y España eliminó a Brasil ganándole por3-1 en Génova, con dos goles del vasco Isidro Lángara, futuro crack azulgrana. Leónidas, el mestizo que se lucía en los sudamericanos siendo muy joven, hizo el tanto brasileño.
En los cuartos, Austria batió a Hungría, Alemania a Suecia y los checos a Suiza. En cambio, el choque entre italianos y españoles terminó igualado en un gol y debieron jugar un desempate. El empate fue una carnicería, algo tolerado por el juez belga Luis Baert, que permitió la violencia de los defensores de ambos equipos, especialmente de los italianos. En el segundo partido no pudieron jugar siete españoles, entre ellos Lángara y el famoso arquero Ricardo Zamora, heridos por los golpes del local, que tampoco pudo contar con tres jugadores. El partido fue 1-0 con gol de Giuseppe Meazza.
Semifinales a pedido de Mussolini, quien acostumbraba invitar a cenar a los árbitros que al otro día dirigirían los partidos de Italia. El local derrotó 1-0 a Austria con gol del entrerriano Enrique Guaita y otro arbitraje parcial, esta vez del sueco Eklind. En la otra semi, los checos borraron del mapa a Alemania, al derrotarlo por 3-1.
La final se jugó el 10 de junio en Roma ante 55 mil personas. Italia jugó con sus hombres amenazados por el propio Mussolini, quien les exigió "vencer o morir". Los checos fueron un hueso muy duro de roer. A veinte minutos del final llegó el gol checo, del extremo izquierdo Puc. Luego, el empate del Mumo Orsi y al tiempo suplementario. En el minuto 96, media vuelta de Schiavio, el arquero Planicka se tira en cámara lenta y la pelota que ingresa por debajo de su cuerpo. Gol italiano, festejo del dictador y profecía cumplida.
Italia campeón. Como dijo Luis Monti después del éxito: "Hace cuatro años me mataban si ganaba y ahora me mataban si perdía...".