La historia de amor entre Borussia Dortmund y Marco Reus, quien nació el 31 de mayo de 1989, terminó con la derrota por 2-0 de los alemanes en la final de la Champions League ante Real Madrid. Doce años pasaron desde que comenzó su etapa en el club negriamarillo y es por eso que su salida marcará una antes y un después. De hecho, los hinchas lo despidieron en su estadio el pasado sábado 18 en la goleada por 4-0 a Darmstadt 98.
Pero la relación entre el mediocampista y el elenco de Dortmund no siempre fue inquebrantable. Es que el Borussia primero lo descartó. Si bien Reus hizo las inferiores en el equipo en el que se volvió un ícono desde 1996, quedó libre en 2006 por su desgarbado físico.
Así fue como recaló en el sub-19 del Rot Weiss Ahle. Al recordar ese momento, en 2013 aseguró: “Fue muy doloroso para mí irme. Cuando pasas toda tu carrera juvenil en un club, quieres dar el siguiente paso, especialmente cuando apoyas a ese equipo".
En la tercera categoría del fútbol de su país se convirtió rápidamente en uno de los jugadores más destacados. Woody, como lo apodaban por su peinado puntiagudo y por cómo mueve la cabeza, logró el ascenso y en la temporada 2008-09 jugó en la segunda división, en la que marcó cuatro goles en 27 encuentros.
Esas buenas actuaciones lo llevaron a dar el salto al Borussia Mönchengladbach. En cuestión de encuentros logró cumplir con las expectativas porque en la campaña 2011/2012 anotó 10 goles en sus primeros 13 partidos.
A mediados de 2012 el Dortmund lo compró a cambio de 18 millones de euros y fue el puntapié de una historia que parecía interminable. Rápidamente formó un tridente ofensivo superlativo con Mario Gotze y Robert Lewandowski que lo llevó a la selección de Alemania.
Uno de sus torneos más recordados fue la Champions League 2012/13, en la que su equipo perdió la final ante el Munich, que también le ganó la Bundesliga, pero él le marcó cuatro goles al Real Madrid y fue una de las principales figuras de su club.
Su desempeño fue en ascenso, pero se perdió el Mundial de Brasil 2014, pese a haber entrado en la lista de convocados, ya que sufrió una lesión en el tobillo. Pese a su talento, su paso por el seleccionado no fue el mejor. Además del Mundial de Rusia 2018, en el que Alemania quedó eliminado en la fase de grupos, jugó la Eurocopa 2012 y llegó a semifinales. Tampoco pudo disputar las ediciones de la Eurocopa 2016 y 2020 por molestias físicas, al igual que Qatar 2022.
Todo lo que no consiguió con la camiseta de su país, lo hizo en Borussia. Incluso, su técnico, Edin Terzic, lo señaló como una "leyenda viva" de la institución (es el segundo máximo goleador histórico). Fue capitán del equipo durante cinco años, hasta 2023, y ganador de dos Copas de Alemania y tres Supercopas. Este sábado ingresó en el complemento pero no pudo quedarse con el primer título internacional y decirle adiós a una historia de amor interminable de la mejor manera.
Van Basten, el culpable de que Reus se llame Marco
El futbolista alemán que no pudo lograr la Bundesliga 2023 con el Borussia —la perdió en la última fecha a la que llegó puntero y Bayern fue campeón— iba a llamarse Dennis, pero sus padres cambiaron la decisión después de un gol del delantero neerlandés Van Basten.
Es que en la final de la Eurocopa de 1988, el centrodelantero definió de volea en la final ante la URSS, que se jugó en Munich. Ese tanto es aún hoy uno de los más recordados de la competición. La particularidad es que Van Basten en realidad se llama Marcel, aunque es popularmente conocido como Marco.