La presunción de inocencia es un derecho que nos asiste a todos, al menos en la Argentina. El derecho al trabajo también está ampliamente tratado en la Constitución Nacional. Hoy, Sebastián Villa está privado de ambos por una decisión arbitraria de Boca. Acusado por su pareja de violencia de género, la causa está en la Justicia y los tiempos de la pandemia estiraron los naturalmente largos de los tribunales. Pero para el club ya es culpable. Fue juzgado y condenado no en los estrados, sino por un ente autárquico que maneja a Boca y que responde al nombre de Consejo de fútbol: los jueces son Jorge Bermúdez, Raúl Cascini y Marcelo Delgado, pero todos saben que el presidente del máximo tribunal es Juan Román Riquelme.
Las causas por violencia de género son un tema de altísima sensibilidad y la condena social al agresor es inmediata. El problema aparece cuando el "agresor" es en realidad un presunto agresor porque no hay un veredicto. Basado precisamente en esto -en que no había un fallo-, Ameal no era partidario de una sanción y hasta lo expuso en declaraciones a la prensa. Pero después de que Riquelme, (vice)presidente del club, ninguneara su opinión y tomara la determinación de separar a Villa hasta que la Justicia se expida, revirtió sus dichos iniciales y salió a bancar públicamente lo que había decidido el Consejo. Por un lado, de cara a la presión del departamento de género en un tema tan delicado -con lo que significó el voto femenino para su triunfo electoral- y por otro para no quedar como el presidente sin poder que es: si Boca es un club de fútbol y el fútbol lo manejan otros, ¿qué valor real tiene su cargo?
Cuando Russo puso a Villa en el amistoso ante Arsenal de este miércoles, sonaron las alarmas. El técnico sabe que no tiene ningún otro jugador de las características del colombiano en el plantel -los partidos de la Copa se lo demostraron- y, además, él tampoco está de acuerdo con la sanción a Villa, aunque haya mantenido un prudente silencio por su condición de hombre ajeno a las polémicas. No será una decisión suya levantar la veda porque está fuera de su alcance, pero sí hay una suerte de presión (habrá que ver si modifica algo). O como mínimo, un acto de consideración hacia un jugador cuya carrera está paralizada en todo sentido: al no jugar en Boca, a Villa también se le cierran las puertas de su selección.
Tal vez lo más llamativo e incoherente de toda esta situación es la postura del Consejo con respecto a la última oferta que el Atlético Mineiro hizo para llevarse a Villa. En una nota con tono burlesco, desafiante y hasta altanero -sin contar los errores de redacción que dificultarán la tarea de los traductores-, les preguntan a los dirigentes del club brasileño si son los mismos que hace un tiempo descartaron la chance de contar con Villa justamente por sus problemas judiciales. Y les piden respeto. Sí, respeto. El respeto que ellos mismos no tienen por Villa.
¿Fanático del Xeneize? Enterate todas las noticias de Boca Juniors a través de TyC Sports. Seguí nuestra página en Facebook o Google News. También podés registrarte gratis e indicar tus preferencias para recibir notificaciones en tu browser o bajate nuestra APP (disponible en Android & iOS).