Hace 27 años que sus equipos no se enfrentan en un campo de juego. El 10 de agosto de 1997 fue la última vez que lo hicieron. Ese encuentro duró solo 30 minutos porque la violencia entre hinchas, dentro y fuera del estadio, más la respuesta policial, obligaron a suspender el clásico. Desde aquel hecho, las autoridades hicieron todo lo posible para evitar un partido entre Aldosivi y Alvarado, pese a que en las calles los casos esporádicos de violencia continuaron. La proscripción culminará este sábado y se volverán a enfrentar por la Primera Nacional. A pesar del paso del tiempo y que la rivalidad tiene poca historia comparada con otros clásicos, ya que se afianzó entre 1988 y 1997, pero no responde a una lógica barrial, se mantuvo vivo en las paredes de cada rincón de Mar del Plata en las que distintos grupos de hinchas de ambos equipos jugaron su propio clásico.
Caminar por los barrios de la ciudad sin apreciar un mural parece una misión imposible. Incluso, en algunas partes del centro, la zona más turística de la Feliz, también suele haber pintadas sobre los dos clubes de la localidad que mejor han competido a nivel nacional en los últimos años. Esos graffitis empezaron a aparecer por iniciativa de los hinchas que, sin poder disfrutar del partido que más desean cada temporada, cambiaron el escenario de disputa para demostrar quién manda en la ciudad. “Somos un grupo de hinchas fieles que seguimos a Aldosivi de toda la vida. Nos empezamos a juntar para pintar hace 15 años y firmábamos la pared con el nombre de Fieles a este amor, que después lo adoptamos. Hicimos banderas y quedó el nombre, por ahí viene la mano”, explica Nahuel, referente de uno de los grupos.
Pero la movida no solo se da desde un lado de la vereda porque los simpatizantes de Alvarado también se organizaron. Leo Vigano, quien forma parte de La banda del pincel, señala: “Surgió hace 13 años porque teníamos dos o tres pintadas en distintos lugares y unos chicos de un barrio no tenían ni idea de cómo hacer un dibujo, nos contactaron para que los ayudaramos a hacer un mural y ahí fue la primera pintada que hicimos en conjunto. Después de eso íbamos a donde nos llamaban y así seguimos. Compramos herramientas para garabatear y aprendimos mientras probábamos. Nosotros tenemos a Leo Ramírez, que es el uno en esto, y Nico Medina, que también tatúa, entonces cuando están hacemos murales muy buenos, sino lo que podemos”.
Este grupo de hinchas del Torito se sustenta con el dinero que ponen los integrantes y suelen vender merchandising como vasos, gorros y remeras. También están a disposición de cualquiera que quiera realizar un mural propio, aunque cuentan con algunos requisitos. “Si la pared no es de él, le pedimos que tenga la autorización del dueño, además de realizar un blanqueo y colaboración con la pintura. Después vamos y hacemos el trabajo. Una vez pintamos la sede del club y solo nos dieron las herramientas, la mano de obra fue gratis por amor a Alvarado”, relata.
Muchos de esos graffitis, sobre todo los que decoran las paredes de cada barrio y se han viralizado en las redes sociales, tienen a algún protagonista de Los Simpson vestido con los colores de uno de los equipos, en especial los de Aldosivi. No hay una razón concreta, pero Demian, de Hinchas de corazón, seguidores del Tiburón, ensaya una explicación: “Integra a las nuevas generaciones. Nosotros pasamos con mi hijo por el mural y siempre me dice: ‘Mirá papá, el de los Simpson’. Los reconocemos todos, incluso los grandes. Es un dibujito que para el arte y el folclore está bueno”.
Nahuel, cuya banda es la que más suele usar las caricaturas de la serie animada, concuerda: “Los Simpson nos gustan a todos, a chicos y grandes, abarca muchas generaciones. Siempre es agradable verlos y ponerles la camiseta de Aldosivi a algún personaje o hacer una secuencia. A la gente le encanta y a nosotros nos gusta mucho. Viene por ese lado, encontrar algo familiar”.
Los Simpson no son la única particularidad de este clásico, sino también que los murales surjan a través de la organización de los socios, como reflexiona Vigano: “No muchos clubes tienen algo organizado así, nosotros hemos hecho hasta el telón de Alvarado, cada año nos fuimos involucrando un poco más y ahora en la previa de cada partido de Alvarado como local, un barrio organiza la caravana de los hinchas. La siguiente caravana, que será posterior al clásico, la haremos nosotros desde el barrio San José”.
Aunque el historial del clásico quedará manchado por los hechos de violencia que se sucedieron el siglo pasado y las diferencias de sus deseos responden a los colores que aman, los hinchas que hablaron con TyCSports.com coinciden en una pretensión: que se viva en paz. Muchos de ellos eran muy chicos la última vez que Aldosivi y Alvarado se cruzaron en una cancha. Otros ni siquiera habían nacido.
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