Ezequiel Ham es un producto genuino con el sello distintivo de todos aquellos futbolistas formados en la cantera de la Asociación Atlética Argentinos Juniors. Volante de técnica depurada y sentido colectivo del juego por sobre todas las cosas, desde muy pequeño se formó conociendo y reconociendo cada rincón de una institución que hoy, mucho tiempo después, no duda en describir como "su propia casa y el lugar donde siempre quisiera volver".
Como una inagotable cantidad de futbolistas que se podrían describir Made in La Paternal, El Turco, tal cual lo apodan, cumplió su sueño de debutar en Primera aunque su camino sería diferente al de la gran mayoría. Pese a sus indisimulables condiciones futbolísticas, el destino quiso que su futuro no estuviera signado por una millonaria venta a un poderoso club de Europa ni se encamine en la dirección que él mismo tantas veces soñó de pequeño abrazado a una pelota.
En esta historia no faltaron las ganas, mucho menos el esfuerzo y se descuenta el profesionalismo del protagonista, esta vez. Fueron tres lesiones tan graves como inoportunas las que marcaron el recorrido de una carrera que todavía no ha terminado y donde aún quedan mucho sueños por cumplir. "Mi motor es mi familia, mi hijo es mi mayor motivación y cuando me toca como hoy, atravesar una lesión grave por tercera vez, si bien al principio puedo reconocer que lloré mucho, lo veo a mi nene y eso me da las fuerzas necesarias para prepararme y volver más fuerte que nunca. Por él, por mi familia y por mi sueño de volver a jugar al fútbol no tengo dudas que lo voy a lograr", le dice a TyCSports.com.
Hace exactamente dos meses, defendiendo los colores de Olimpo de Bahía Blanca en un torneo tan duro como el Federal A y mientras claramente se observaba que volvía a ofrecer su mejor versión futbolística, Ham volvió a sentir en su cuerpo el dolor de una grave lesión durante un encuentro frente a Camioneros. El diagnóstico arrojó una nueva rotura de ligamentos cruzado anterior de la pierna derecha, dura lesión que él ya había atravesado previamente en Argentinos Juniors: "La lesión fue el 18 de septiembre y hace un mes desde me realizaron la operación. Lo bueno es que me siento muy bien y enfocado plenamente en la recuperación. Estoy fuerte a pesar de tener que afrontar todo esto una vez más. Para mí lo más importante es que me siento muy bien de ánimo y sobretodo con ganas de recuperarme y volver de la mejor manera", afirma mientras sin darse cuenta, se le dibuja una sonrisa en la cara cuando menciona la palabra volver.
Además, sobre los momentos previos a su última lesión, afirma: "Estaba jugando a mi nivel y me sentía importante para el equipo. Estábamos peleando por el primer ascenso y si bien ahora ya ascendió Madryn, para mí fue la posibilidad de haber encontrado un gran lugar para volver a insertarme en el fútbol de nuestro país después de estar tanto tiempo afuera entre mis lesiones y lo que significó la pandemia, había logrado volver a disfrutar plenamente de jugar". Lo resalta con un tono que representa más las ansias de revancha que cualquier indicio de resignación.
Si bien marca lo competitivo que es el torneo que actualmente le toca afrontar al equipo de Bahía Blanca, no duda en destacar su grandeza y se toma un minuto de agradecimiento para con su actual institución: "El nivel del Federal A sin dudas es muy parejo y competitivo pero está claro que por su historia, su gente y su grandeza, Olimpo es un equipo que merece estar en una categoría superior. En su momento se hicieron mal las cosas durante dos o tres años seguidos y el club en general lo pagó muy caro. En lo personal quiero recalcar la buena predisposición. Me dieron la posibilidad de venirme a Capital para operarme y a realizar una buena parte de la rehabilitación cerca de mi familia".
Su calendario personal marcar que tiene apenas 27 años, está claro que son muchas las historias y los momentos que le han tocado atravesar como él mismo se encarga en relatar: "A los ocho años arranqué en Argentinos siguiendo a mis hermanos, en esa época todavía no había infantiles. Yo me cambiaba, entrenaba y al igual que hoy, amaba jugar a la pelota. Todo el recorrido lo hice en el mismo club donde tuve además la suerte de salir campeón en Inferiores, llegué a Reserva y de la mano del Bichi Borghi cumplí mi sueño de jugar en Primera. El debut recuerdo que fue con Belgrano, el partido se jugó un viernes y durante la semana previa, creo que fue el día miércoles, me llama el Bichi a su vestuario y me dice: 'Mirá que el viernes vas de titular'. Para mí fue lo más lindo, hasta hoy me acuerdo la fecha: 28 de marzo del 2014. Fue algo inolvidable".
Sin embargo, el fútbol como la vida no está solo solo atravesado por momentos felices. La tarde del sábado 19 de septiembre de 2015 marcaría un momento de inflexión en la carrera del talentoso volante: todo se oscureció tras sufrir una triple fractura de tibia, tobillo y peroné provocada por una fuerte entrada de Carlos Tevez. "Recuerdo que en aquél momento se me cruzaron miles de cosas por la cabeza, me tocó vivir muchas situaciones por lo que significó todo lo que había pasado y el rebote mediático que tuvo. Además yo era muy joven, se me hizo todo muy duro y realmente me costó la rehabilitación. En los primeros meses tuve ayuda psicológica y por suerte ese trabajo me sirvió mucho para salir adelante. También recuerdo que a la hora de volver no fue nada fácil, en principio debo reconocer que tenía miedo. Yo soy muy autocrítico y reconozco que en algunas jugadas tenía miedo de volver a lastimarme", cuenta desde su más profunda sinceridad.
Con respecto su relación con el quien en ese momento era el capitán y número 10 de Boca, destaca: "Carlos me vino a visitar a la clínica en un primer momento, eso todos lo vieron. Después se comunicó varias veces conmigo con un par de mensajes, llamados y hasta vino a mi casa y estuvimos tomando mate y charlando. Por suerte quedó todo muy bien".
A la hora de recibir apoyo en un momento tan difícil, resalta la cercanía de Biglia y el Chori Domínguez entre otros, pero fue el de de Maradona el saludo que más lo conmovió. "Diego me dejó un mensaje y cuando lo escuché realmente para mí fue algo muy lindo, la verdad que en un primer momento no podía creer que era él pero su voz era inconfundible", recuerda entre risas mientras remarca su admiración por el Diez.
Otra enorme personalidad del fútbol que se mostró muy presente en aquél momento y por quién Ezequiel se deshace en elogios es Juan Román Riquelme: "Fue otro de los que se comunicó enseguida y hasta tuvo el gesto de venir a visitarme. Yo había compartido plantel con él en Argentinos y eso fue algo maravilloso. Todos los días aprendía algo nuevo con él, como compañero y como jugador fue un verdadero crack".
Los caminos de la vida lo llevaron a jugar en el FC Gifu de Japón una vez finalizada su recuperación: "Cuando me toca salir de Argentinos porque no iba a ser tenido en cuenta aparece la posibilidad de Japón. Decidimos ir porque lo vimos como una buena opción y la verdad que pese a que en lo futbolístico no me fue muy bien no me arrepiento en absoluto porque me dio un montón de aprendizajes que hoy en día valoro mucho. Es un país hermoso donde todo funciona, la educación, la limpieza, la seguridad, la verdad es un lugar para quedarte a vivir y además el fútbol es mucho más competitivo de lo que pensamos acá".
Su regresó a La Paternal posterior a su paso por el país asiático auguraba un próspero futuro pero una nueva lesión importante, cuando no, iba una vez más a postergar sus aspiraciones: "A la vuelta de Japón en Argentinos estaba Diego Dabove y yo sabía que con él tenía chances importantes de jugar, fue una ilusión muy grande. Sin embargo ahí aparece mi primera rotura de ligamentos cruzados, menisco y ligamento lateral interno, recién pude volver en la temporada 2020 y ahí me sale lo de Santamarina (Torneo Nacional B) para volver a agarrar ritmo. Encima al mes estalla el tema de la pandemia así que otra vez tuve que parar un largo tiempo hasta que por suerte apareció el llamado de la gente de Olimpo".
A la hora de repasar sus principales entrenadores, Ham no escatima sus elogios al hablar de Claudio Borghi -"Tenía un ida y vuelta muy lindo con los jugadores, sabía demasiado de fútbol, sin dudas un gran técnico al que siempre le voy a estar muy agradecido"- , valora absolutamente lo que le aportó Gorosito -"Pipo fue el primer técnico que me dio la posibilidad de tener continuidad en Primera"- y resalta las cualidades del Gringo Heinze un paso por encima de todos -"Con él teníamos planificado todo, la presión, los movimientos, cada detalle del rival, imponíamos un ritmo tremendo y por eso logramos merecidamente ese ascenso"-, en referencia al último regreso de la institución de La Paternal a Primera conseguido en 2017.
Mientras el tiempo de las palabras comienza a extinguirse, llega el momento de asistir a su sesión diaria de kinesiología. Lego seguramente un paso posterior por el gimnasio para mantener activo cada grupo muscular y porque no, mirar de reojo el calendario. Aunque el pensamiento sea absolutamente inconsciente, sabe perfectamente que cada día que pasa es un día más, pero a la vez, un día menos para volver a entrar a una cancha de fútbol, el lugar donde es feliz y donde va a regresar muy pronto. "Más fuerte que nunca, por mi familia y por los sueños que me quedan por cumplir".
Fotos: @eugeniomandres y Prensa Olimpo.
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