La frase bíblica que acompaña a Julián Gutiérrez, finalista en los Juegos Olímpicos 2024
El tirador catamarqueño finalizó segundo en la clasificación de rifle de aire 10m masculino y este lunes disputará la final. "Dios proveerá", suele repetir el joven de 23 años, quien sueña con una medalla en su primera cita olímpica.
Julián Gutiérrez sueña con hacer historia en los Juegos Olímpicos París 2024: finalizó segundo en la clasificación de rifle de aire 10m masculino y este lunes disputará la final, con el sueño de conseguir una medalla en su primera vez en una cita olímpica. “Dios proveerá”, suele repetir una y otra vez el tirador catamarqueño, compañero de equipo de Fernanda Russo (quien habló a corazón abierto con un crudo relato sobre sus batallas personales tras cerrar su participación en la competencia).
“Dios proveerá”, la frase de Gutiérrez que adoptó el equipo argentino de tiro
El Centro de Tiro de Chateauroux es uno de los más grandes de Europa. Se creó en 2018 y está ubicado en un pueblo alejado a más de 200 kilómetros de París, en donde hay prácticamente nada. El deporte tiene ahí su propia Villa, muy lejana no solo en distancia sino también en el movimiento de la que aloja a la mayoría de los atletas en la zona de Saint Denis. Unos galpones gigantes, vacíos, te reciben antes de que el cochecito de la organización te lleve hasta el lugar de la competencia. Ahí están los dos representantes argentinos junto a su equipo y en medio de la preparación, se escucha una expresión de la Biblia que acompaña al equipo a donde vaya: "Dios proveerá".
Arrancó con Julián y hoy es una frase en la que buscan encontrar serenidad en momentos en lo que las cosas pueden que no salgan de la mejor manera. "Siempre pasan eventualidades cuando uno viaja con equipos, sobre todo cuando viaja con armas, que cada país tiene una regulación distinta. Hay cosas que uno no tiene el control, pero no puede estar evitar ponerse nerviosa y viene él, con el paso tranquilo y dice 'Dios proveerá'. Le saca el miedo al equipo y seguimos adelante", explica Russo, la triple medallista panamericana, y Julián relata a TyCSports.com una de las últimas situaciones que pasaron: "Cuando llegamos a Alemania no llegaron las valijas, tuvimos que esperar nueve horas y con Pablo (el entrenador) nos decíamos que era una prueba de fe. Es como que estás más tranquilo. Capaz es una tontera, pero el problema ya está, vamos a bailar. Si te enojas, lo haces peor y te cansás".
"Antes de venir para acá un canal me regalo un frasquito de agua bendita que tengo en la mochila, tengo un rosario de mi mamá, otro rosario que me regalaron", cuanta el orgullo de Catamarca y arranca una historia: "Por unos seis años tuve una estampita, que capaz se me perdía, venía un tirador y me la devolvía. Me seguía”, bromea y Fer se suma: "En algún momento estaba blanca y seguía apareciendo, jaja”.
La alegría de Julián Gutiérrez tras meterse en la final de los Juegos Olímpicos París 2024
Julián Gutiérrez, quien también estableció un récord sudamericano, dejó en claro su felicidad por estar entre los ocho mejores de los Juegos Olímpicos y competir por una medalla. "Me siento bastante contento con el trabajo que venimos haciendo. Venimos hace un montón trabajando para esto", afirmó en diálogo con TyC Sports.
"Se me negó Tokio, quedé a nada. Se me dio ahora en París y terminé entrando a la final. Como decíamos ayer: Dios proveerá. Dios te hace esa prueba de fe para seguir laburando, seguir esforzándote y hoy se ve el resultado", expresó el tirador catamarqueño, quien sueña con darle la primera medalla a Argentina en París.
Los secretos de la convivencia entre Julián Gutiérrez y Fernanda Russo en París 2024
Ya sin el traje y después de haber finalizado la prueba mixta de rifle de aire 10 metros, la primera de las dos que ambos disputarán, Fernanda admite en diálogo con tycsports.com que en París "está a disfrutando a full, nada que ver" a lo que le sucedió en Tokio, en donde se sentía "totalmente perdida". Julián, por su parte, acaba de convertirse en olímpico y reconoce que si bien no se sintió nervioso en los ensayos, después llegó el momento en que los anillos comenzaron a pesar un poquito en los hombros: "Los primeros tres tiros de la prueba no los podía gestionar, eran que salga bien nomas. Dios proveerá”.
El nacido en Catamarca contó que durante la concentración, en el tiempo libre, el objetivo era “más que nada despejar la cabeza, ir a un lugar bonito, quedarte con esa sensación. Encerrarte en el alojamiento es triste y seguís metido en lo que es la parte del entrenamiento". Despejar la cabeza es, precisamente, algo en lo que trabaja la cordobesa: "El tiempo que estuve sola entre la Copa del Múnich y que llegaron ellos, era muy complicado estar por mi cuenta. La cabeza trabaja sola, estas todo el tiempo pensando en los puntos, en lo que va a pasar, la ansiedad precompetitiva. Querés que llegue ya la competencia. Estás como caballo atado. Y, en realidad, es entender que todo el trabajo previo ya se hizo. No hicimos el trabajo importante este último mes, que ajustamos detalles, nos adaptamos al clima, pudimos ajustar algunas cuestiones del mixto, ver cómo está el otro y llevar un poco más de convivencia para fraternizar con el otro. El laburo lo venimos haciendo hace rato y acá la suerte ya estaba echada".
“Está bueno que podemos compartir el hecho de que somos dos tiradores muy diferentes, en los ritmos y en la expresión de cada en como uno tira. Eso ayuda mucho. En mi caso yo no necesito, no me gusta tener tanta esa energía, y ella necesita esa energía. Le hace bien. Es saber cómo la va llevando el otro, si a mí se me sube esa energía saber cómo gestionarla y ella si se apaga, cómo volver a encenderse. Eso está muy bueno”, reconoce quien se consagró este año en el Campeonato de las Américas de Rifle y Pistola, que lo llevó a París. “Es buenísimo ver el complemento. Es verdad que somos tiradores muy distintos en cuanto a ritmo, vehemencia, al lenguaje corporal, la manera de afrontar la tirada independientemente de lo técnico. De eso también se aprende”, admitió Fernanda, quien compite en Alemania, en la única liga profesional que tiene el deporte y en la que logró el ascenso con su equipo (Kempten). Historia pura para ella y nuestro país.
Russo llegó a estos Juegos Olímpicos en otra posición a sus dos anteriores experiencias, en Río 2016 con solamente 16 años y luego en la capital japonesa: “Lo hablaba con mi familia y con mi cuerpo técnico, lo más importante, lo que más rescato de todo esto, es que la vida sigue. Lo más lindo de todo esto es que uno sale de tirar, se da vuelta y la vida sigue. Tengo un trabajo que me está esperando, dos jefes increíbles en SUMMA (una empresa que trabaja en el desarrollo de los deportistas con Mariano Zabaleta y Pico Mónaco como cabezas visibles), que están al pie del cañón, que entienden lo que significa ser un deportista de alto rendimiento y que me apoyan 100%, de los cuales aprendo todos los días de la gestión. Tengo un montón de amigos que me quieren y una carrera profesional independientemente del deporte que me está sosteniendo, y esperando en casa. Esa sensación no la tenía en Tokio, me sentía completamente perdida y volví a casa y sentía que era una pantalla negra. Ahora sentir que la vida sigue, que hay un montón de cosas más allá del resultado, es hermoso. No tiene precio”.
Desde adentro y afuera, el apoyo que los hace crecer
“Al margen de mi experiencia (en Juegos Olímpicos), es un gran tirador y no necesita que le esté dando consejos”, respondió Russo sobre si Gutiérrez le había pedido alguno y elogió a su compañero: “Desde mi perspectiva, él tiene mucho autoanálisis y mucha conciencia de cómo es como tirador y creo que ya me superó ampliamente a nivel técnico. Cada experiencia para cada uno es diferente, no hay mucho que le pueda decir más que estar para él y darle mi apoyo como siembre”.
“Sabe que se da vuelta y ahí estoy, en realidad yo aprendo más de él todos los días de lo que me hubiese imaginado en cualquier momento y está bueno. Nos llevamos un solo año de diferencia, hubo muchas cosas que para él llegaron antes y por ahí no estaba preparada para afrontarlo. Verlo ahora con 24, que tengo un compañero que tiene 23 y también está viviendo lo mismo, con un nivel de trabajo y autocritica tan fuerte, te ayuda a crecer un montón, te potencia”, agregó.
Por último, los dos hicieron hincapié en la importancia de tener un equipo fuerte y unido para crecer. “Los chicos siempre están súper pendientes, entienden que nosotros estamos acá ahora, pero en otro momento pueden estar ellos. Es un trabajo en equipo permanente”, aseguró Fernanda. ”Yo vengo trabajando mucho con Marcelo (Zoccali) y Alexis (Eberhardt), nos juntamos mucho más allá de la Selección, ayuda entre todos a levantarnos el nivel. Tenemos un nivel muy algo. Cualquiera de los tres podía estar acá”, expresó Julián.
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