Las razones de la goleada de Talleres: contundencia y jerarquía
La T se plantó en Alta Córdoba, fue mucho para Instituto y le cortó un invicto de 28 partidos como local. Las claves del triunfazo en el clásico.
De guapo. Talleres superó todas sus limitaciones en la previa del clásico con Instituto y logró un triunfazo enorme. No importaron las lesiones (no jugaron Juan Portillo ni Gabriel Rodríguez, dos defensores titulares) o la corta preparación con el plantel completo (cuatro jugadores en sus selecciones). Tampoco la mala racha albiazul ni el invicto gigante del local. La T se plantó en Alta Córdoba.
"Pegamos en los momentos justos", consideró Javier Gandolfi. El DT sabía que era una parada difícil, por eso se mostró más que conforme. Entendió que los detalles podían definir el resultado y su equipo estuvo atento durante todo el trámite. "Es una cancha complicada, hoy fueron muchos puntos a favor nuestro y estoy muy orgulloso de mis jugadores", aseguró ante la prensa.
Es que el invicto de Instituto parecía inquebrantable. Eran 28 partidos sin perder en Córdoba, entre la Primera Nacional y la Liga Profesional. Un año, seis meses y once días debieron pasar para que la Gloria volviera a caer como local. Y se dio justo ante Talleres. Para eso no sólo se tuvo que jugar, sino también hubo que luchar con uñas y dientes.
Fue una tarde de altas pulsaciones en el estadio Juan Domingo Perón. El partido por momentos se calentó y ahí los albiazules sacaron pecho. El uruguayo Michael Santos contó que le pegaron bastante, pero que igual pudo hacer su juego. Los cruces fueron una postal. Del otro lado, el entrenador Lucas Bovaglio lo reconoció. "Gastamos demasiada energía en discutir", dijo.
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"Jugar contra un equipo de tu ciudad es distinto, entonces ganar tiene otro sabor", admitió Guido Herrera. El arquero tuvo dos tapadas fundamentales para colaborar con la causa. En la previa había preferido no opinar sobre quién llegaba como candidato. Sin embargo, antes de subirse al colectivo para dejar la cancha, dijo lo que se había guardado. "Ganó el que tenía que ganar", tiró el capitán sin vueltas a Tycsports.com
Qué decir de lo "especial" que fue todo para Rodrigo Garro. Fue la gran figura y le metió un golazo a su ex club. El público glorioso antes lo aplaudía y esta vez lo sufrió. Él, por respeto, decidió no festejar. "Es una sensación rara para mí", expresó, visiblemente emocionado. Son las vueltas del fútbol. El mismo fútbol que el pampeano se encargó de regalar ayer por la tarde.
Más jerarquía, más físico. Esas quizás sean algunas de las explicaciones del 3 a 0 final para los de Barrio Jardín. La diferencia en el marcador parece abultada, pero no fue tal en la cantidad de situaciones para cada uno. Por eso, la gran clave para Talleres estuvo en la contundencia. Golpeó cada vez que Instituto se asomaba. Con precisión y buen juego, el clásico fue todo albiazul.
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