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Qué es Clairefontaine, el paraíso futbolístico que formó a Mbappé y a otras estrellas francesas

La Federación Francesa de Fútbol cuenta con un hermoso centro de alto rendimiento que cambió radicalmente la forma de desarrollar jóvenes promesas del país para abastecer a la selección.

Mbappé Clairefontaine
Con Kylian Mbappé como figura, la camada 1998 de Clairefontaine. (Le Monde)

En 1988 la Federación Francesa de Fútbol (FFF) decidió dar un giro rotundo y modificar la forma en la que venían trabajando. Los directivos analizaron la situación puertas adentro y decidieron que la mejor manera de que el fútbol galo sea un ejemplo a seguir era construyendo un lugar donde formar futbolistas, entrenadores y modelos de juego. El sitio elegido fue Clairefontaine, un hermoso predio a las afueras de París. Por supuesto que el objetivo no se cumplió de un día para el otro y hubo turbulencias -no jugaron los Mundiales de Italia 1990 y Estados Unidos 1994, y fracasaron en Sudáfrica 2010 en medio de un escándalo-, pero desde ese momento hasta hoy ganaron dos Copas del Mundo, fueron subcampeones en otras dos, y alzaron una Eurocopa. Conocé cómo funciona por dentro este paraíso futbolístico cuya última gran gema se llama Kylian Mbappé.

Ubicado a 40 kilómetros de la capital, más precisamente en el Parque Nacional Foret Domaniale de Rambouillet, en el predio se mezclan la inmensa cantidad de vegetación y el canto de los pájaros con las canchas de fútbol en perfectas condiciones y los modernos edificios que se construyeron para albergar a quienes pasan por allí. ¿La joya de la corona? Un hermoso castillo a tono con el paisaje que hospeda a los futbolistas de la Selección Mayor cuando concentran en el lugar.

Allí funciona el Institute National de Football (INF), que cada año recibe a 23 chicos de 13 años que fueron analizados minuciosamente y en los que se deposita la esperanza de que en un futuro vistan la camiseta de Les Bleus. Se les ofrece la posibilidad de desarrollarse futbolísticamente y como personas; además, tienen la oportunidad de ver de cerca a sus referentes. Hace dos años se inauguró un centro de excelencia para el fútbol femenino, que busca imitar el buen trabajo que se realizó con la rama masculina.

Anteriormente Clairefontaine albergaba a los chicos más prometedores de toda Francia, pero desde la Federación comprendieron que era fundamental crear centros de desarrollo similares a lo largo y ancho del país. Hoy en día hay 15 e intentan que los futbolistas visiten todos para captar la mentalidad y el estilo de cada región. 

Clairefontaine
El castillo de Clairefontaine, lugar donde concentra la selección francesa.

Más allá del bello paisaje, este es un lugar donde se convive diariamente con la presión, tanto para los jóvenes como para los directores del lugar. Desde un primer momento los pequeños futbolistas que acuden deben ser conscientes de la oportunidad que tienen y de la responsabilidad con la que cargan. Por ejemplo, en una de las puertas del edificio principal hay gigantografías de Henry y Mbappé, quizá los dos futbolistas más destacados que salieron de allí. Esto se hace con el objetivo de que los chicos comprendan que ese es el nivel que se espera de ellos.

Por otra parte, Christian Bassila, director del INF, le explicó a The Athletic la gran responsabilidad que tienen ellos a la hora de detectar jugadores. “Cuatro jugadores vinieron de aquí a la convocatoria para la Eurocopa del verano pasado (Kylian Mbappé, Alphonse Areola, Youssouf Fofana y Marcus Thuram). Mañana, como director, no puedo tener un número menor. Eso significa que tenemos que detectar jugadores que esperamos que sean internacionales en un futuro cercano. Esto es una presión diaria. Hay que cuestionarse constantemente, ver si el chico tiene las predisposiciones para el más alto nivel, si su cabeza solo gira en torno al fútbol, ​​si es maduro".

Mbappé Clairefontaine
Kylian Mbappé (el segundo de izquierda a derecha en la fila superior) durante su etapa de formación en Clairefontaine.

La rutina diaria en los diferentes complejos es más o menos similar: se despiertan a las 6.45, desayunan a las 7 y toman un micro para ir al colegio a las 8. Algunos días están allí hasta las 15, pero lo más frecuente es que vuelvan al mediodía y pasen la tarde entrenando o estudiando. A la noche, después de cenar, tienen algo de tiempo libre que lo utilizan para jugar o ver partidos. Los fines de semana regresan a sus casas para pasar tiempo con la familia y jugar para sus respectivos clubes. 

La clave del éxito de este programa es sin dudas el trabajo de captación. El estudio es minucioso ya que no sólo deben detectar futbolistas con talento innato, sino personas con la mentalidad necesaria para llegar al alto nivel. Quienes trabajan allí tienen el un objetivo claro: que el jugador que se va de la INF haga que otros jóvenes quieran jugar al fútbol.

Clairefontaine, que ahora reúne únicamente a los jóvenes de París y alrededores, exprime lo mejor de una ciudad que tiene un potencial extraordinario en materia futbolística por dos razones principales: el deporte es una política de estado y hay un basto crisol cultural. Esta diversidad, sumada a la gran cantidad de espacios para jugar que hay para jugar a la pelota, genera una riqueza futbolística que no se ve en casi ninguna otra parte del mundo. Después viene el trabajo de captación y formación, donde hay profesionales de elite en la materia. ¿El resultado? Una selección competitiva, ganadora y que abastece a los mejores equipos del planeta.

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