Los 80 de Rojitas, el ídolo más popular
La gente lo arrastró a su debut en Primera por las maravillas que hacía en Reserva. Un gambeteador genial, un talentoso, un elegido del pueblo.
Rojitas, el de la cintura mágica
Se parece a una irreverencia referirse a una persona que cumple 80 años con un diminutivo. Pero las estrellas siguen brillando sin tiempos que las confundan. Rojitas es Rojitas, para siempre. Aunque su documento diga Angel Clemente Rojas. Y es el ídolo popular de mayor impacto en la historia de Boca de los últimos 60 años. Y sin buscar comparaciones con Juan Román Riquelme, seguramente el mejor jugador de todo este tiempo. Pero fue distinto el caso de Rojitas. Porque a esa mezcla de atorrante e irreverente, al de la cintura mágica, capaz de desparramar rivales en el camino sin tocar la pelota, lo puso la gente en la Primera de Boca. Sí, el público, extasiado de admirar su habilidad en un partido contra San Lorenzo en la Reserva, en el viejo Gasómetro, en mayo de 1963. De tanto moverse en las tribunas de madera, comiéndose los amagos del pibe que llegaba hacia el área, la avalancha de la tribuna entera se estrelló contra el alambrado.
No había duda posible, ese atrevido muchacho, flaquito, endeble, atorrante tenía que jugar en el primer equipo. Aquel 19 de mayo se dio lo que obligaba el hincha. Con una camiseta que le quedaba grande (tanto que la franja azul de abajo casi no se le veía) salió detrás de todo el equipo por la boca del túnel. El rival era Vélez. Y toda la Bombonera pareció asistir a la fiesta reclamada. Y vaya si se cumplió el deseo. Ganó Boca 3 a 0 con tres goles de aquel jugador enorme que se llamó Oreste Omar Corbatta. Dos de penal y uno de tiro libre. LAS TRES INFRACCIONES SE LAS HABÍAN COMETIDO A ROJITAS. Y fue ahí cuando nació el idilio futbolero.
Claro, los tiempos suelen desfigurar las sensaciones vividas. Pero todos aquellos que tuvieron la suerte de vivir ese momento de la historia futbolera hoy tienen más de 70... Y quizás las hazañas de aquel muchacho estén desfiguradas por la lejanía- El colega Eduardo Verona escribió unas frases que le dejó el inolvidable César Luis Menotti: "Yo fui compañero de Rojitas cuando estuve en Boca a mediados de los 60. Lo vi entrenarse y jugar partidos oficiales y amistosos. Y puedo decir con absoluta seguridad que Rojitas no tendría nada que envidiarle a Messi. Arrancaba y desparramaba rivales con una habilidad increíble. Una vez le hizo dos goles al Real Madrid... Pero no era sólo la habilidad increíble que tenía. Tenía mucho talento, mucho panorama, lectura inteligente del juego". Lo quisieron contratar. Pero no estaba preparado Angelito, otro de su apodos. No se cuidaba como un profesional con ambiciones. "Yo jugaba en Sarandí todo el día, hasta las 12 de la noche. Yo amaba la pelota, quería divertirme...."
Jugó aquel mismo año la final de la Copa América que Boca perdió contra el Santos de Pelé. Y fue campeón en 1964, 65... Por las lesiones no tuvo continuidad. En 1969 Alfredo Di Stéfano lo rescató de su estancamiento y lo hizo figura de aquel título en el Nacional... La historia completa se fue desinflando...Pero pocas veces se vio un amor futbolero tan estruendoso (y tal vez tan corto) con un jugador en Boca. Fue hace mucho tiempo... Pero las sensaciones que dejan los ídolos populares son inmortales.
Rojitas revivió el momento en el que le robó la gorra a Carrizo en una entrevista
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