Uno es el ídolo de Boca que se involucró en política por pedido de su hijo Agustín después de la final de la Libertadores que River le ganó en Madrid en 2018. El otro es el ídolo de Estudiantes de La Plata que tuvo su primer mandato en 2014. Uno transita desde diciembre su primer período como máxima autoridad de su club, el otro comenzó recientemente su tercer ciclo. Las similitudes entre Juan Román Riquelme y Juan Sebastián Verón son muchas; las diferencias, también.
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La semifinal de la Copa de la Liga entre el Xeneize y el Pincha pondrá a dos de los mejores jugadores de la historia reciente del fútbol argentino enfrentados nuevamente, pero ahora desde los palcos. Román, luego de la victoria en el clásico ante River por 3-2, le marcó la cancha a su antiguo compañero: “Veremos cuándo se juega, ellos también juegan por Copa el martes (cayó por 1-0 ante Gremio en La Plata). Creo que Estudiantes se comportará normal, como lo hemos hecho nosotros cuando pasó lo del chico (por el episodio de salud de Javier Altamirano), que gracias a Dios no pasó nada. Nosotros dejamos que Estudiantes se maneje como corresponde, que se jugara cuando les pareciera bien. Así que acá no creo que tengamos problema en tener el descanso necesario los dos y poder competir de la mejor manera".
La Liga Profesional dispuso que el duelo se dispute en Córdoba este martes, algo que molestó en el cuerpo técnico de Eduardo Domínguez y, si bien Verón no opinó al respecto, reposteó en su Instagram la publicación de una usuaria que pedía cambiar la sede ya que a varios hinchas se les hacía complejo viajar por los gastos que implica. Esta vez se medirán como dirigentes, pero como jugadores de Estudiantes y Boca lo hicieron cuatro veces y el de Don Torcuato festejó más. Primero fue en el Clausura 2007, que terminó en un triunfo por 3-1, mientras que en el Apertura del año siguiente, Verón se quedó con su única victoria: fue en la Bombonera por 2-1. Las otras dos fueron para Riquelme: 2-1 en el Clausura 2011 con gol del Diez y 1-0 en 2014.
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Esos cruces no fueron los únicos. En Europa también registran enfrentamientos. El más recordado fue en la vuelta de los cuartos de final de la Champions League 2005/06. Un video resume la jornada mágica de Román ante Inter que metió a Villarreal en las semis. La duerme con el pecho y deja fuera de acción a Esteban Cambiasso, luego le tira un sombrero a la Brujita. Verón no se rinde, lo corre e intenta recuperarla. No hay caso. Con el brazo, Riquelme cubre el balón y el volante termina besando el piso. Esos segundos que finalizan con el jugador del Submarino Amarillo eludiendo a Luis Figo y al Cuchu, nuevamente, no para de sumar visualizaciones pese al paso del tiempo. “A Román lo sufrí. Me desparramó", recordó el dirigente del Pincha años después.
El día que Riquelme bailó a Juan Sebastián Verón
Pero así como el fútbol los dividirá nuevamente este martes, al igual que lo ha hecho a lo largo de sus carreras, también supo unirlos en distintos momentos. No llegaron a compartir equipo en Boca ,ya que Riquelme debutó en noviembre de 1996 y Verón se había marchado a Sampdoria en agosto, pero sí coincidieron en la Selección Argentina. Es cierto que podrían haber acumulado varios encuentros juntos y muchos se quedaron con las ganas de verlos en Corea-Japón 2002, donde Riquelme no fue y la Brujita quedó marcado por la temprana eliminación del equipo de Bielsa. Solo en la Copa América 2007 disputaron casi todos los partidos. El entrenador de aquel seleccionado que perdió la final ante Brasil por 3-0, Alfio Basile, reconoció: “Manejaban mi equipo en la cancha”.
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Después de que Riquelme en 2009 se alejara de la selección por diferencias con el entrenador Diego Maradona, quien eligió a Verón como una de las banderas de su equipo e incluso lo llevó a Sudáfrica 2010 con 35 años, Alejandro Sabella volvió a juntarlos en 2011. Los citó como parte de un combinado local en agosto y llegaron a entrenarse juntos, pero finalmente se perdieron el amistoso con Brasil en septiembre.
Los elogios entre sí también marcaron la relación durante todo este tiempo. "Más allá de lo virtuoso, tenía un cerebro distinto. Cuando tenés eso, la diferencia con el resto es abismal. Es de esos jugadores que tienen la cancha en la cabeza y mucho antes que todos los demás”, lo destacó la Brujita.
La relación continuó incluso después de que cambiaran el campo de juego por el palco. "Yo votaría a Riquelme. Estoy de su lado, lo felicito y lo acompaño. Hoy deja el bronce y empieza a meter los pies en el barro", reconoció el ídolo del conjunto platense previo a las elecciones de 2019 en la que Román fue vicepresidente. Como lo hicieron alguna vez en la cancha, el Diez le devolvió la pared: "Tengo que felicitarlo a Verón, terminó el estadio. Él debe estar muy feliz al igual que la gente de Estudiantes. Sabe el cariño que le tengo”.
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Las semejanzas son tantas que el máximo logro de Verón como presidente de Estudiantes, que fue haber construido el nuevo estadio ubicado en 1 y 57, es lo mismo que sueña Riquelme para Boca, quien más de una vez aseguró que buscarán ampliar la Bombonera para albergar más espectadores.
Pero así como cuentan con muchas similitudes, Verón y Riquelme tienen diferencias. La principal podría marcarse en el modelo de clubes al que aspiran ambos. Mientras en las últimas elecciones el dirigente boquense apuntó contra la lista opositora, compuesta por Andrés Ibarra y Mauricio Macri, por "querer privatizar el club", la visión de la Brujita sobre las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) difiere bastante de lo que piensa Román, lo que hace que sea muy criticado por Pablo Toviggino, el tesorero de la Asociación del Fútbol Argentino.
"Hay que cambiar la forma de gestionar los clubes para lograr ese vínculo entre lo público y lo privado y que todos ganemos. Los clubes ya no pueden crecer por sus propios medios. Van camino a la quiebra. El fútbol tiene que seducir a esos capitales y mostrar la veta del negocio para poder crecer. Si en ese negocio el privado y el club van de la mano, ¿cuál es el problema?", había posteado Verón hace un tiempo.
Este martes ambos sumarán un nuevo capítulo en su vida. Boca o Estudiantes avanzarán a la final de la Copa de la Liga y solo uno celebrará. Durante los noventa minutos ambos vivirán el encuentro como un hincha más porque si hay algo que también los asemeja es el amor irracional por los colores de sus clubes.
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